El movimiento de personal (o rotación de empleados) puede perjudicar la productividad de un predio y con frecuencia es un síntoma de otros problemas. Un administrador de una lechería lo planteó de este modo: "Cada vez que me deja un ordeñador, pierdo una vaca". El cambio frecuente de personal en una explotación ganadera, desordena la rutina, incomoda a los animales y afecta la seguridad y la salud del rebaño.
Otros costos del movimiento de personal están asociados con los procesos de selección, orientación y entrenamiento de trabajadores nuevos. Además, mientras se espera el reemplazo de un empleado, se debe hallar un sustituto (que puede ser usted, el agricultor, administrador o supervisor) para que lleve a cabo la tarea.
Cuando un trabajador renuncia a su empleo, a veces puede ser algo que ocurre rápida y sorpresivamente, tanto para el empleado como para el empleador, (por Ej., al empleado se le ofrece un trabajo en otro predio). En otros casos el trabajador, el agricultor, o ambos, sabían anticipadamente lo que iría a ocurrir.
Muchos empleados se sienten poco dispuestos, ambivalentes y con mucha tensión sólo con pensar en buscar otro empleo. Algunos trabajadores prefieren continuar en un empleo que no les gusta, antes que aventurarse a lo desconocido. A veces, los trabajadores se retiran mentalmente, aun cuando se presentan regularmente para realizar sus faenas. El tomar conocimiento de las razones que inducen a los trabajadores a dejar el empleo, puede darle al agricultor un margen favorable para el mejoramiento de las relaciones laborales.
Una forma de clasificar las razones del movimiento de personal es de acuerdo al grado de control que el agricultor tiene sobre éste. Como agricultor, usted tiene poca influencia sobre los problemas familiares del trabajador, una influencia moderada sobre el horario de trabajo, y un grado de control bastante alto en las relaciones entre la administración y los trabajadores.
El movimiento de personal no es siempre algo negativo. A veces los puestos dejan de ser esenciales y no es necesario reemplazar a aquellos que se van. Muchos agricultores se sienten incómodos, ya sea disciplinando o despidiendo a trabajadores de bajo rendimiento, y se sienten aliviados cuando éstos se van por iniciativa propia. Algunos empleadores le dificultan la vida al empleado para que se vayan por cuenta propia. En el lenguaje judicial, lo anterior puede ser considerado como despido implícito y recibir el mismo tratamiento que un despido común.
Autores: Gregorio Billikopf Encina
Editora: University of California
Año: 1,994