-Consideraciones para la implantación del cultivo de alfalfa-
Selección del Terreno a sembrar: Antes de llevar a cabo la preparación del suelo debe efectuarse el análisis de los niveles de salinidad, debido a que induce desequilibrios entre la raíz y la parte aérea.
-Tipo de suelo: Esta leguminosa requiere suelos profundos y aireados, por lo que los suelos para la siembra deben ser de textura liviana e intermedia. Los suelos pesados, arcillosos y arcillo limosos no son aconsejados por ser una especie sensible a la asfixia
radicular (más de 24 horas con agua en superficie produce la muerte radicular)
-Estado del terreno: Debe estar libre de malezas perennes, fundamentalmente chepica (Cynodon) y chilquilla (Wedelia), ésta última tóxica para el ganado.
-Nivelación del terreno: Debe contarse con un terreno bien nivelado, con buen
escurrimiento del agua al pie, para evitar encharcamientos y mejorar la eficiencia en el
uso del agua.
- Laboreo del suelo: Es necesario hacer labores profundas para mejorar la aireación del Suelo, permitir el correcto desarrollo y evitar la asfixia radicular del cultivo, haciendo uso del cincel y subsolador.
-Ancho de las melgas: dependerá del tipo de suelo
de el rancho, pero es importante considerar que
sea el múltiplo exacto del ancho de corte de la
segadora o cortadora de pasto.
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